Puntualidad y organización, claves en el Carnaval de Barranquilla 2016
Este año las fiestas tuvieron mas hechos buenos que malos y feos.
El Carnaval 2016, de su majestad Marcela García Caballero, deja más hechos positivos que los malos y feos que tradicionalmente han caracterizado la máxima fiesta barranquillera.
Contrario a lo que de manera recurrente era motivo de fuertes críticas, en esta oportunidad la percepción es que la puntualidad y la organización de los diferentes eventos, fueron claves para el éxito de las fiestas.
La Reina Macela García Caballero, sin inmutarse de las críticas inciales, le puso su impronta a sus fiestas y con alegría, creatividad y mucho carisma puso a gozar a propios y extraños en el pre y los 4 días del Carnaval. En compañía de su Rey Momo Lisandro Polo, hicieron un Carnaval que pasará a la historia.
Indiscutiblemente, la Gran Noche de Guacherna marcó lo que serían después los 4 días de Carnaval.
Precisamente, la puntualidad y organización de la Guacherna, también se evidenciaron en los demás desfiles. Así, el público pudo disfrutar de ellos, sin tantos inconvenientes como los que de manera reiterada se presentaron en otros años.
Tradicionalmente, los desórdenes y hechos negativos de la Guacherna, también marcaban lo mismo para el resto del Carnaval.
Era precisamente lo que venía reclamando la ciudadanía, luego de las lamentables situaciones que se registraron en 2015.
El hecho de haber organizado la Batalla de Flores, por bloques folclóricos, también marcó una enorme diferencia. No como antes cuando todos los grupos se confundían entre sí, sin diferenciar la característica del uno o del otro. Y a la postre muchos grupos quedaban sin poder desfilar porque cuando iniciaban el recorrido no había nadie en los palcos. Este año todos bailaron y a todos los vieron. A las 4 y 30 de la tarde partió el último bloque y su desfile transcurrió sin contratiempos.
En términos generales los diferentes desfiles y eventos no registraron quejas del público.
Sin embargo, en el ambiente queda una preocupación latente: la excesiva invasión de música champetera, por encima de la tradicional carnavalera. Algo para reflexionar por parte de los organizadores de los diferentes eventos.
La presencia policiva también estuvo fortalecida en los distintos escenarios. No obstante, hubo dos grandes lunares: los desórdenes protagonizados por un grupo de vándalos, al término de la Guacherna, en la carrera 43 y los actos de violencia registrados en el barrio Evaristo Sourdís, ambos ajenos a la celebración propiamente dicha. Caso diferente al suroriente que, contrario a lo esperado, no hubo situaciones que lamentar.
El vandalismo es uno de los hechos para tener en cuenta para las futuras fiestas, con el fin de prevenir hechos lamentables.
Otra situación que las autoridades deberían revisar es el servicio de transporte público. Muchas quejas por parte de los usuarios por el “carnaval de tarifas” que impusieron los taxistas, cobrando dos y hasta tres veces más de lo normal, para un trayecto ordinario.
A ello se suma el hecho de que las empresas de buses y busetas disminuyeron ostensiblemente sus frecuencias, especialmente las que cubren las rutas próximas a la Vía 40.
Esto impidió la evacuación oportuna del público hacia sus diferentes lugares. Con ello surgió el servicio del “burro-móviles”, como la misma gente los calificó. Es decir, los carromuleros sacando gente desde la Vía 40 hasta sitios donde pudiera acceder al transporte público.
La “ruta” con destino más utilizado fue el de la calle 76 con carrera 58.
Paradójicamente, esta experiencia valdría aplicarla con el transporte informal. Es decir, mini – rutas de evacuación desde la Vía 40, para permitir el fácil y rápido desplazamiento de la ciudadana hasta sus hogares.
En cuanto a los desfiles organizados por la Asociación de Grupos Folclóricos, que preside Édgar Blanco, también se destacaron por la variedad musical, folclórica y la participación más activa del público, a pesar de que este año debieron utilizar vallas para que no interfifieran en los desfiles.
Con una variedad de propuestas escénicas, dancísticas y musicales, el desfile de la Gran Parada 'Carlos Franco' demostró de dónde nacen las raices del verdadero Carnaval.
En esto fue decisivo el aporte que hizo el Distrito de Barranquilla, mediante la Bolsa de Estímulos Carnavaleros, a los diferentes operadores y grupos folclóricos, que contrario a otros años, recibieron el dinero con antelación y no debieron recurrir a los 'cobra-diarios' para poder comprar los vestidos, disfraces y contratar a los músicos.
El Festival de Orquestas, a pesar de la poca participación de los carnavaleros, corrigió muchos errores y sin desplazar a nadie, rindió homenaje al vallenato y a dos grandes de la música: Johnny Ventura y Óscar De León.
Los que no asistieron pudieron observar el desarrollo de la maratón musical a través de Telecaribe, canal regional que también hizo su valioso aporte para el éxito de la fiesta.
Por su parte, durante su primer mes de gestión, el Alcalde Alejandro Char Chaljub se puso al frente de las fiestas, para no dejar por fuera ningún detalle que pudiese entorpecer el Carnaval.
Indudablemente, Carnaval S.A., en cabeza de Carla Celia, atinó con la organización con una fiesta que ha recibido grandes elogios, de propios y visitantes.
Con lo visto en el Carnaval 2016 se corrigieron muchos errores, la gente quedó satisfecha y Marcela se lució con su reinado.